7 de febrero de 2018

Frases 7-II-2018


Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.

La auténtica mujer viene de la noche de los tiempos. Ocupa todo el horizonte de la creación. Conoce el secreto de las profundidades, de las piedras, de los moluscos, de los peces, de las flores y del sueño. Como los de los gatos y los de las esfinges, sus ojos atraviesan las tinieblas. Posee bajo su lengua la llave de las músicas viscerales, la nostálgica melodía de las sirenas, la sintaxis de los pájaros y el inmaculado solfeo de la tranquilidad postrera. Es la maga blanca que rehace para nosotros una infancia de cada pequeña muerte. Es el hada de largos cabellos rizados, de las pupilas doradas, que espera al hombre para revivir con él el paraíso terrenal. Desear esta mujer disipa todos los demonios. Porque sumergirse en ella enseña al hombre que el regocijo es casto.

Louis Pawels, Las últimas cadenas.


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