26 de enero de 2011

Ya sabéis por el nombre de mi blog que soy como una urraca que recoge todo lo que brilla para llevarlo a su nido. Desde hace años, tal vez desde más o menos 1998, he ido recopilando toda idea que me parecía brillante, viniese de donde viniese. Lo he hecho con el espíritu con que Odiseo lo hacía para no olvidarse de Ítaca y Penélope, o de Penélope tejiendo y destejiendo su manto para no olvidar a Odiseo. Cuando las brumas de la flor del loto de lo cotidiano enturbian mi recuerdo de lo que merece la pena en la vida, de cuál es la forma adecuada de vivirla, doy un paseo aleatorio por estas ideas, me rescato del olvido y recupero la consciencia. Son para mí como un elixir contra la anestesia paralizante del olvido y evitan que Circe me convierta en cerdo. Espero que también tengan este efecto benéfico para vosotros. Por eso empiezo a publicar una a la semana a partir del 13 de Enero del 2010.

Búscate en el Señor y allí encontrarás paz verdadera y podrás mirarte frente a frente y, abrazado a ti mismo en santa caridad, sentirás la paz permanente de tu alma, llamada por Cristo a la vida eterna. Es mucho más difícil de lo que se cree amarse a sí mismo. Es el principio de la verdadera caridad. ¡Cuán pocos saben amarse en Cristo! Magna labor es la de sustanciarse y hacerse uno en el Señor y vivir consigo mismo, conociéndose y amándose de verdad.

Miguel de Unamuno, Diario inédito.

Realmente sorprendente esta frase en pluma de Unamuno, pero cierta. Escrita, eso sí en su diario inédito, al que tuvo acceso Charles Moeller, para escribir su obra “Literatura del siglo XX y cristianismo”. Fernando Unamuno permitió a Charles Moeller consultar el diario inédito descubierto por Armando Zubizarreta. Verdaderamente, ¡qué distinto puede ser el rostro íntimo de una persona del que muestra hacia fuera!

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