28 de mayo de 2008

Respuesta a un nuevo comentario de Tales de Mixcoac

Tales de Mixcoac me escribe, en respuesta a una respuesta mía anterior:

Totalmente de acuerdo con esta percepción del misterio, solo creo que habría que dejar esa puerta abierta para la luz o lo que sea que está del otro lado; para mí resulta igual de maravillante cualquier respuesta, tanto Dios como la Nada, como el reciclaje de materia inherte, el simple hecho de estar vivo es suficiente para maravillarse.



Contesto:

La verdad, Tales, no me parece que de igual que al otro lado esté la Nada o Dios. Es cierto que la vida es maravillosa, pero parte de esa maravilla (me atrevería a decir que la esencia de esa maravilla) es esa sed de plenitud que llevamos en nosotros y que nos produce esa maravillosa mezcla de expectativa, esperanza y un cierto desasosiego. Pero si esa sed se quedase sin agua, sería una sed inutil y sin sentido. Y el agua no puede ser la nada.

Antonio Machado escribió:

Bueno es saber que el agua
sirve para beber,
lo malo es que no sabemos
para que sirve la sed.

La sed es maravillosa para buscar el agua, pero si no hay agua...

Además, ¿qué es eso de la nada? ¿Quién puede entenderla? Copio un texto de Sartre en el que no es capaz de imaginar la Nada. Es de su obra de teatro "El muro". Son varias personas que van a morir fusiladas al día siguiente, en la guerra civil española.

Uno de ellos le dice a otro:

Es como en las pesadillas, decía Tom. Queremos pensar en algo, tenemos todo el tiempo la impresión de que ya esta, que vamos a comprender y después, la sensación resbala, se escapa, y recaemos. Me digo: Después no habrá nada. Pero no comprendo lo que eso quiere decir. Hay momentos en los que casi llego... y después recaigo, empiezo a pensar otra vez en el dolor, en las balas, en las detonaciones. Soy materialista, te lo juro; no me estoy volviendo loco. Pero hay algo que no funciona. Veo mi cadáver: eso no es difícil, pero soy yo el que lo veo, con mis ojos[1]. Tendría que ser capaz de pensar... de pensar que no veré nada más, que no oiré nada más y que el mundo continuará para los demás. No estamos hechos para pensar eso, Pablo. Puedes creerme: ya me he pasado en vela más de una noche entera esperando algo. Pero eso no se parece a nada: eso nos cogerá por detrás, Pablo, y no habremos podido prepararnos.
[1] Las palabras yo y mis, están resaltadas en el texto original.

No estamos preparados para entender la nada, porque no estamos hechos para la nada. Me gusta mucho también esta frase de C.S Lewis en una carta a su amigo Sheldon Vanauken:

“Un deseo puede llevar a falsas creencias, te lo concedo... Pero, ¿qué sugiere la existencia del deseo? Una vez me impresionó una frase de Arnold: <>. Pero lo que es seguro es que, aunque no prueba que un hombre concreto tenga comida, si prueba que existe la comida. Por ejemplo, si fuéramos una especie que no comiera normalmente, que no estuviera diseñada para comer, ¿sentiríamos hambre? Dices que el mundo del materialismo es feo. Me pregunto cómo has descubierto eso. Si tú realmente eres fruto de un mundo materialista, ¿cómo es que no te encuentras a gusto en él? ¿Se quejan los peces del mar por estar mojados? Y si lo hiciesen, ¿no sugeriría fuertemente este mismo hecho que no hubieran sido siempre criaturas acuáticas? Date cuenta de cómo continuamente nos sorprendemos del paso del tiempo. (<<¡Cómo vuela el tiempo! ¡Parece mentira que fulanito ya sea tan mayor y se case! ¡Casi no puedo creerlo!>>) En nombre del cielo, ¿por qué? A menos que, en realidad, haya algo en nosotros que no sea temporal...”.

Cuando dice que el mundo del materialismo es feo, no se refiere al mundo material, sino al mundo de la materia sin espíritu. De dónde podría habernos venido esa sed de plenitud si sólo fuesemos producto de un mundo de materia que jamás puede dar plenitud.

Así es que, no, no es igual Dios que la Nada. Con la Nada, nuestros más profundos anhelos estarían condenados a quedar vacíos. Sin Dios nuestra sed sería una broma pesada.

al menos así loveo yo.

Un saludo.

Tomás.

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